miércoles, 29 de octubre de 2014
jueves, 23 de octubre de 2014
domingo, 5 de octubre de 2014
LATÍN; ORIGEN Y EVOLUCIÓN
LA EVOLUCIÓN DEL LATÍN
El latín es una lengua indoeuropea, es decir, que
pertenece a una familia de lenguas cuyo origen se remonta hacia 4000 años a.C.,
cuyos primeros hablantes habitaban el sureste de Europa y Asia central. Europa
recibió diversas oleadas de migraciones de pueblos indoeuropeos. Los primeros
hablantes de la forma más arcaica del latín debieron llegar a principios del I
milenio a.C. y se instalaron en el centro de la península, fragmentados tanto política
como lingüísticamente.
Hacia 900 a.C. entró en el norte
de Italia un pueblo no indoeuropeo a quienes los romanos llamaban Etruscos. Fueron la primera
civilización avanzada que conoció Italia y se extendió rápidamente hasta llegar
al Lacio, donde diversos pueblos formaron una Liga latina bajo el liderazgo de
la ciudad de Alba Longa, probablemente para protegerse de los Etruscos.
Mientras tanto, los griegos (otro pueblo de origen indoeuropeo) estaban
fundando prósperas colonias en el sur de la península, en la región que sería conocida
como la Magna Grecia.
La historia del latín se extiende
durante un periodo de unos tres mil años hasta la actualidad. El latín no se ha
hablado igual en todos los momentos de su historia, especialmente
significativas son las diferencias debidas al nivel cultural de los hablantes,
que en tiempos antiguos eran mucho más acusadas que en la actualidad.
El latín hablado desde su
nacimiento como lengua, hasta aproximadamente el siglo II a.C. recibe el nombre
de latín arcaico. El texto
escrito más antiguo que se conserva es la llamada Fíbula de Preneste, un
broche de orfebrería fina que data del siglo VII a.C. (es decir, de la época
monárquica en que Roma estaba bajo la dominación etrusca).
El latín clásico (culto) coexistió con el llamado latín vulgar, que era el latín hablado
por las clases bajas, y en particular por la mayor parte de los soldados que
extendieron el latín por toda la geografía del Imperio Romano. (Los soldados
solían recibir tierras como recompensa en las provincias conquistadas, y
pasaban a establecerse como colonos-agricultores.) Las diferencias entre el
latín culto y el latín vulgar afectaban a todos los niveles lingüísticos:
fonética, morfología, sintaxis y léxico. No sería exacto decir que el latín
culto era el latín literario, pues el latín vulgar tenía su propia literatura.
Uno de sus autores más representativos fue Plauto (254-184 a.C.), cuyas
comedias (adaptaciones de obras griegas), escritas en latín vulgar, gozaban de
mucho éxito en Roma.
Los máximos exponentes de la
literatura clásica latina fueron el político y abogado Marco Tulio Cicerón (106-46 a.C.) y el militar Cayo
Julio César (100-44 a.C.) así como
los poetas Publio Virgilio Marón (70-19 a.C), Quinto Horacio Flaco (65-8 a.C.) y Publio Ovidio Nasón (43 a.C. - 17 d.C.).
A partir del siglo IV, tras la
caída del imperio romano, el bajo latín evolucionó hacia el llamado latín
medieval, que, además de las influencias del latín vulgar, sufrió una
destructiva inyección de helenismos (tanto léxicos como sintácticos) de mano de
los primeros cristianos, que transcribieron burdamente su jerga religiosa,
desarrollada originariamente en griego. Por su parte, el latín vulgar se
fragmentó y dio origen a las distintas lenguas románicas (italiano, francés,
castellano, portugués, rumano, sardo, catalán, gallego...)
A partir del siglo XIV los
humanistas italianos estudiaron con minuciosidad los relativamente pocos textos
clásicos que los monjes medievales habían preservado cuidadosamente durante
siglos y lograron reconstruir el latín clásico. No era, evidentemente, la misma
lengua, en el mismo sentido que el castellano actual difiere significativamente
de la lengua de Cervantes, pero volvía a ser una lengua culta y coherente, que
no ha dejado de evolucionar hasta nuestros días.
Sin embargo, aunque los
humanistas lograron restaurar el léxico, la gramática y el estilo del latín
clásico, hubo algo que escapó a sus posibilidades: reconstruir la forma en que
los romanos pronunciaban el latín. Sabían cómo escribían los romanos, pero no
disponían de documentos sonoros que les permitieran reconstruir cómo leían los
textos que tan bien habían asimilado. Durante la Edad Media, los pocos que
sabían algo de latín habían adaptado la pronunciación a las características de
su lengua (románica) materna. Así, según la pronunciación tradicional española,
Cicero se leía Cícero, pero según la pronunciación tradicional francesa era
Sísero, según la pronunciación tradicional italiana era Chíchero, y así
sucesivamente. Pero nadie sabía qué habría respondido exactamente Cicerón ante
la pregunta: Quid nomen est tibi?
Tuvieron que pasar algunos siglos
hasta que, ya en el siglo XIX, los lingüístas se atrevieran a establecer la
llamada pronuntiatio restituta (la pronunciación restituida), que viene a ser
un "retrato robot" de la forma en que los romanos pronunciaban su
idioma en la época clásica. Los lingüistas han aprovechado toda la información
disponible por parte de gramáticos romanos, o de textos que, por cualquier
motivo, hicieran referencias al lenguaje y su pronunciación, y los reflejos de
palabras latinas en otras lenguas coetáneas, han añadido a todo ello las
conclusiones de la lingüística
comparada, que permite establecer paralelismos entre las distintas
lenguas indoeuropeas y su evolución fonética.
El alfabeto latino arcaico constaba de las 21 letras siguientes:
A, B,
C, D, E, F, Z, H, I, K, L, M, N, O, P, Q, R, S, T, V, X
Las minúsculas propiamente dichas
como las conocemos ahora surgieron en la Edad Media. (nótese que la V era la u
mayúscula).
En el siglo III a.C., tras la
conquista de la Magna Grecia, los romanos empezaron a familiarizarse con la
cultura y la lengua griega, y el latín empezó a incorporar cada vez más
vocablos de dicha lengua. Esto planteó un problema, pues el griego tenía varios
sonidos de los que el latín carecía, de modo que no podía establecerse una
correspondencia natural entre el alfabeto griego y el alfabeto latino para
realizar las transcripciones oportunas. La solución a principios del siglo I
a.C., la Z fue reincorporada al alfabeto, así como la letra griega ýpsilon (Y),
que entonces los griegos llamaban hy, pero que los romanos pronto pasaron a
llamar i graeca (i griega), y más tarde se extendió también en latín el nombre
de ypsilon. De este modo, quedó perfilado el alfabeto latino clásico de 23
letras:
A, B, C, D, E, F, Z, H, I, K, L, M, N, O, P, Q, R, S, T, V, X , Y, Z
lunes, 22 de septiembre de 2014
LATINISMOS
El modus
operandi se refiere a la manera de
proceder de una persona o de un grupo de personas. Modus
operandi, que literalmente significa 'modo de operar', es una
expresión latina
de uso frecuente tanto en español
como en otras lenguas occidentales. En el lenguaje común, esta expresión se
refiere a la manera habitual o característica de actuar de una persona o de un
grupo, y puede ser utilizada en numerosos contextos: organizacional, logístico,
profesional y científico
Ars longa vita brevis es una cita de Hipócrates
que significa "El arte (la ciencia) es duradero pero la vida es
breve". Esta expresión se emplea para indicar que cualquier tarea
importante requiere mucho esfuerzo y dedicación; pero la vida de quien la
emprende es corta.
El adverbio sic
(del latín sic,
‘así’)[ se utiliza en los textos escritos para
indicar que la palabra o frase que lo precede es literal, aunque sea o pueda
parecer incorrecta.
Tacet
(del latín tacet,
"él calla", "él queda en silencio") es un término utilizado en notación musical para indicar que el intérprete de un instrumento o voz
no debe sonar, no tiene intervención durante un tiempo considerable
Guido de Arezzo (también Guido d'Arezzo en italiano,
Guido Aretino, Güido Aretinus o Güido Mónaco el monje Guido) (Arezzo, Toscana 991/992 - † Avellano c.1050) fue un monje benedictino italiano, teórico
musical y figura central de la música de la Edad Media
junto con Hucbaldo
(840 - c. 930).
Tempus fugit (el tiempo huye, el tiempo se
escapa, el tiempo vuela) es una locución
en latín que
hace referencia explícita al veloz trascurso del tiempo.
«Sed
fugit interea, fugit irreparabile tempus»
(Pero huye entre tanto, huye irreparablemente el tiempo)
(Pero huye entre tanto, huye irreparablemente el tiempo)
Cogito ergo sum René
Descartes (1596–1650).
La locución latina «cogito ergo sum», que en castellano se traduce frecuentemente
como «pienso, luego existo», siendo más precisa la traducción literal del latín
«pienso, entonces existo», es un planteamiento filosófico
de René Descartes, el cual se convirtió en el elemento
fundamental del racionalismo occidental.
Mutatis
mutandis es una frase en latín que
significa ‘cambiando lo que se deba cambiar’. Se utiliza tanto en inglés como
en castellano y en otros idiomas cuya raíz es el latín. Informalmente el
término debe entenderse "de manera análoga haciendo los cambios
necesarios". Este término se utiliza frecuentemente en leyes y en economía.
Peccata minuta (literalmente pecados
veniales) es una expresión latina familiar que se usa para indicar un
error o falta
leve. Se usa esta expresión vulgarmente y en sentido familiar para designar una
culpa, equivocación de poca importancia.
Memento mori es una frase latina que
significa «Recuerda que morirás» en el sentido de que debes recordar tu
mortalidad como ser humano. Suele usarse para identificar un tema frecuente, o tópico, en el arte y la literatura que trata de la
fugacidad
de la vida.
In
vitro (latín: dentro del vidrio)[
][]se refiere a una técnica para
realizar un determinado experimento en un tubo
de ensayo, o generalmente en un ambiente controlado fuera de un organismo vivo.
La fecundación in vitro es un ejemplo
ampliamente conocido
Dura lex
sed lex es una expresión latina, originaria del Derecho
romano, que traducida literalmente, significa la ley es dura pero ley. (haciendo entender la misma en un
contexto de aplicación inevitable, incluso aunque resulte desfavorable).
Viene la expresión, en definitiva, a producir un
mensaje conminativo a respetar la ley, en todos los casos, incluso aunque nos
perjudiquemos con ello. El respeto a la ley beneficia el futuro y beneficia a
la comunidad.
In
dubio pro reo es una locución latina que
expresa el principio jurídico de que en caso de duda, por ejemplo, por
insuficiencia probatoria, se favorecerá al imputado o
acusado (reo).
Es uno de los pilares del Derecho penal moderno donde el fiscal o agente
estatal equivalente debe probar la culpa del acusado y no este último su
inocencia. Podría traducirse como "ante la duda, a favor del reo".
Su aplicación práctica está basada en el
principio de que toda persona es inocente hasta que se demuestre su culpabilidad.
En caso de que el juez
no esté seguro de ésta, y así lo argumente en la sentencia, deberá entonces dictar un fallo
absolutorio
Tabula rasa es una locución latina que
significa "tabla rasa" (es decir, una tablilla sin inscribir)
y que se aplica a algo que está exento de cuestiones o asuntos anteriores.
También se utiliza la expresión "Hacer tabula rasa" para
expresar la acción de no tener en cuenta hechos pasados, similar a la expresión
más moderna de "hacer borrón y cuenta nueva".
Festina
lente es una locución latina, en forma de oxímoron,
cuya traducción literal es: "Apresúrate lentamente". Palabras
atribuidas a Augusto,
según Suetonio
(Augusto, 25): "Caminad lentamente si queréis llegar más pronto a
un trabajo bien hecho". Corresponde al refrán castellano "Vísteme
despacio, que tengo prisa
Finis coronat opus: ‘el
fin corona la obra’. El fin de una cosa está en relación con su principio
«Gallia est omnis divisa in partes tres»,
dice César («la Galia
está dividida en tres partes»); los territorios habitados por los aquitanos,
los celtas y los belgas.
Verbi
gratia (abreviado v.
gr. o v. g.,
en español verbigracia) es una locución
latina de uso actual que significa "ejemplo" o "por
ejemplo".[] Es muy
utilizada con fines didácticos.
Ex libris es una locución
latina que significa literalmente, de entre los libros de, es decir,
libro
procedente de entre los libros de una biblioteca pública o privada.
La expresión latina horror vacui (literalmente ‘miedo
al vacío’) se emplea en la historia
del arte, especialmente en crítica de
la pintura,
para describir el relleno de todo espacio vacío en una obra de arte con algún
tipo de diseño o imagen. Es una de las características generales del embaldosado
matemático o de los densos campos de relleno en los diseños entrelazados celtas.
Ex cathedra (latín
"cathedra", silla) es una expresión latina que se refiere al acto de
expresar algo con la autoridad que corresponde a un cargo (de juez, profesor,
etc.), siendo la silla o cátedra — es decir el mueble — metonimia de
la función. Significa literalmente "desde la cátedra", "desde el
puesto del maestro". Hablar ex
cátedra significa expresarse en tono magistral y muy solemne. Se usa
para ponderar la autoridad (real o fingida) con la que alguien está afirmando
algo. En español su significado sería "con autoridad".
Res non verba : ‘hechos, no
palabras’.
Ad
líbitum es una expresión del latín que
significa literalmente «a placer, a voluntad» y quiere decir «como guste».
Deus ex
machina es una expresión latina que
significa «dios de la máquina» Se origina en el teatro griego
y romano,
cuando una grúa (machina) introduce una deidad (deus)
proveniente de fuera del escenario para resolver una situación.
Actualmente es utilizada para referirse a un
elemento externo que resuelve una historia sin seguir su lógica
interna.
Doctor honoris causa es un título
honorífico que da una universidad a personas eminentes. Esta designación se
otorga principalmente a personajes que han destacado en ciertos ámbitos
profesionales y que no son necesariamente licenciados en una carrera.
Históricamente un doctor honoris causa recibe el mismo tratamiento y
privilegios que aquellos que obtienen su doctorado académico de forma
convencional, a menos que se especifique lo contrario.
Ex aequo es una locución
latina de uso actual que significa 'por igual'. Se utiliza en cualquier tipo de
clasificación cuando dos o más participantes han conseguido el mismo premio.
ejemplo: En el premio de literatura quedaron ganadores dos autores ex aequo.
Sapere
aude es una locución
latina que significa «atrévete a saber»; también suele interpretarse como
«ten el valor de usar tu propia razón». Su divulgación se debe al filósofo Immanuel
Kant en su ensayo ¿Qué es la Ilustración?,
aunque su uso original se da en la Epístola II de Horacio del Epistularum
liber primus:
Nulla díes sine línea: ‘ningún día sin una
línea’. Esto se decía del pintor Apeles, que cada jornada añadía al menos un trazo a sus obras.
Dicho de los escritores, que no deben dejar pasar un día sin escribir aunque
sea un renglón
Odi et amo (lit. "odio y
amo") es el famoso inicio del carmen 85 del poeta romano Catulo. El poema
dice así:
Odi et amo. Quare id faciam, fortasse requiris.
Nescio, sed
fieri sentio et excrucior.
|
Odio y amo.
Quizás te preguntes por qué hago esto.
No lo sé, pero
siento que así ocurre y me torturo.
|
El «Gaudeamus
igitur» («Alegrémonos pues») es el himno universitario
por excelencia. Se trata de una canción estudiantil de autor anónimo.
La frase El
amor todo lo vence (latín: Omnia vincit
Amor, o en ocasiones amor
vincit omnia) es una referencia al verso 69 de la Égloga X: "omnia vincit
Amor; et nos cedamus Amori", de las Bucólicas,
una serie de poemas de ambiente pastoril de Virgilio
Vademécum (Del latín vade,
anda, ven, y mecum, conmigo) es una obra de referencia que contiene las nociones más
importantes de una materia, ya sea ciencia o arte.
Destacan particularmente los que utilizan los
profesionales sanitarios para consultar sobre presentaciones, composiciones y
las principales indicaciones de los medicamentos
Mens sana in corpore sano es una
cita latina que proviene de las Sátiras de Juvenal. La cita
completa es "Orandum est ut sit mens sana in corpore sano" (Sátira X, 356).
Nació en la civilización de la Grecia Clásica , pues eran los únicos que
realizaban los ideales que esta implica. Ninguna otra civilización de la época
se aplicó con tanta devoción a la práctica del deporte y lo interiorizó de un
modo tan profundo, impregnando su cultura, su arte, su vida diaria, e incluso
su religiosidad y su política.
jueves, 11 de septiembre de 2014
jueves, 3 de abril de 2014
TRADUCCIÓN 04 ABRIL 2014
TEXTO
Clarum oppidum Asiae Troia erat. Troiani oppidum incolebant atque cum Graecis pugnabant, nam Graeci Troiam obsidebant. Belli causa Priami filius est, nam pulchram Graeciae feminam raptat et secum vehit. Multi dei graecos iuvabant. Multi populi deique Troianos quoque iuvabant. Graeci Troianique varia fortuna in latis Troiae campis strenue pugnabant. Tandem graeci Troiam dolo expugnant atque praeclaram victoriam obtinent. Viros, feminas et pueros interficiunt aut capiunt. Oppidi tecta templaque ferro flammaque impie delent.
Vocabulario ▼
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Clarum oppidum Asiae Troia erat. Troiani oppidum incolebant atque cum Graecis pugnabant, nam Graeci Troiam obsidebant. Belli causa Priami filius est, nam pulchram Graeciae feminam raptat et secum vehit. Multi dei graecos iuvabant. Multi populi deique Troianos quoque iuvabant. Graeci Troianique varia fortuna in latis Troiae campis strenue pugnabant. Tandem graeci Troiam dolo expugnant atque praeclaram victoriam obtinent. Viros, feminas et pueros interficiunt aut capiunt. Oppidi tecta templaque ferro flammaque impie delent.
Vocabulario ▼
Asia, -ae: Asia.
Atque=et.
Aut. Conj. disyuntiva: o
Bellum,-i: guerra.
Campus,-i: campo.
Capio,-is,-ere,cepi,captum: capturar.
Causa,-ae: causa.
Clarus,-a,-um: ilustre, importante.
Cum (prep.de ablativo): con.
Deleo,-es,-ere,delevi,deletum. destruir.
Deus,-i: dios.
Dolus,-i: engaño.
Expugno,-as,-are,expugnavi,expugnatum: asaltar.
Femina,-ae: mujer.
Ferrum,-i: hierro, espada.
Filius,-ii: hijo.
Flamma,-ae: llama, fuego.
Fortuna,-ae: fortuna, suerte.
Graeci, -orum: los griegos.
Graecia,-ae:Grecia.
Impie (adv.): despiadadamente, impiamente.
Incolo,-is,-ere,incolui, incultum: cultivar.
Interficio,-is,-ere,interfeci, interfectum: matar.
Iuvo,-as,-are,iuvi,iutum: ayudar.
Atque=et.
Aut. Conj. disyuntiva: o
Bellum,-i: guerra.
Campus,-i: campo.
Capio,-is,-ere,cepi,captum: capturar.
Causa,-ae: causa.
Clarus,-a,-um: ilustre, importante.
Cum (prep.de ablativo): con.
Deleo,-es,-ere,delevi,deletum. destruir.
Deus,-i: dios.
Dolus,-i: engaño.
Expugno,-as,-are,expugnavi,expugnatum: asaltar.
Femina,-ae: mujer.
Ferrum,-i: hierro, espada.
Filius,-ii: hijo.
Flamma,-ae: llama, fuego.
Fortuna,-ae: fortuna, suerte.
Graeci, -orum: los griegos.
Graecia,-ae:Grecia.
Impie (adv.): despiadadamente, impiamente.
Incolo,-is,-ere,incolui, incultum: cultivar.
Interficio,-is,-ere,interfeci, interfectum: matar.
Iuvo,-as,-are,iuvi,iutum: ayudar.
Latus,-a,-um: ancho,-a/espacioso,-a.
Multus,-a,-um: mucho,-a.
Nam (conj.): pues.
Obsideo,-es,-ere,obsedi, obsessum: asediar.
Obtineo,-es,-ere,obtinui,obtentum: obtener.
Oppidum, -i: ciudad.
Populus,-i: pueblo.
Praeclarus,-a,-um: importante.
Priamus,-i: Príamo (rey de Troya).
Puer, pueri: niño.
Pugno,-as,-are, pugnavi, pugnatum: luchar.
Pulcher,pulchra,pulchrum: hermoso,-a.
Quoque (adv.): también.
Rapto,-as,-are,raptavi, raptatum: raptar.
Secum, ablativo, consigo, con él, con ellos.
Strenue (adv.): valerosamente.
Tandem (adv.): finalmente.
Tectum,.i: techo, vivienda.
Templum,-i: templo.
Troia,-ae: Troya.
Troiani, -orum: los troyanos.
Varius,-a-um: variado,-a,/diverso,-a.
Veho.-is,-ere,vexi, vectum: llevar, transportar.
Vir, viri: hombre, varón
Multus,-a,-um: mucho,-a.
Nam (conj.): pues.
Obsideo,-es,-ere,obsedi, obsessum: asediar.
Obtineo,-es,-ere,obtinui,obtentum: obtener.
Oppidum, -i: ciudad.
Populus,-i: pueblo.
Praeclarus,-a,-um: importante.
Priamus,-i: Príamo (rey de Troya).
Puer, pueri: niño.
Pugno,-as,-are, pugnavi, pugnatum: luchar.
Pulcher,pulchra,pulchrum: hermoso,-a.
Quoque (adv.): también.
Rapto,-as,-are,raptavi, raptatum: raptar.
Secum, ablativo, consigo, con él, con ellos.
Strenue (adv.): valerosamente.
Tandem (adv.): finalmente.
Tectum,.i: techo, vivienda.
Templum,-i: templo.
Troia,-ae: Troya.
Troiani, -orum: los troyanos.
Varius,-a-um: variado,-a,/diverso,-a.
Veho.-is,-ere,vexi, vectum: llevar, transportar.
Vir, viri: hombre, varón
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lunes, 17 de febrero de 2014
sábado, 15 de febrero de 2014
PANGE LINGUA
Castellano | |
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PANGE LINGUA. Mocedades
Pange Lingua es un himno
eucarístico escrito por santo Tomás de Aquino (1225-1274) para la festividad de
Corpus Christi (Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo). Este himno
también es cantado el día del Jueves Santo, durante la procesión desde el altar
hasta el monumento donde la reserva queda custodiada hasta el día siguiente,
(Viernes Santo); también es el habitual en todas las procesiones eucarísticas.
Las dos últimas estrofas de este himno, el Tantum Ergo, son cantadas como
antífona antes de la bendición solemne con el Santísimo, efectuada al finalizar
las adoraciones eucarísticas.
Este himno expresa de manera concreta la doctrina de la
Transubstanciación, en la cual, de acuerdo al pensamiento católico, el pan y el
vino, se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
3º DECLINACIÓN
En la tercera declinación
encontramos sustantivos de tres géneros: masculinos, femeninos y neutros. Pero
además, en esta declinación tenemos una complicación añadida:
Temas en –i y temas en
consonante. (parisílabos e imparisílabos)
Los temas en –i se denominan así
porque hacen el genitivo plural en –ium y el nominativo, vocativo y
acusativo plural en –ia (cuando son neutros, en lugar de hacerlo en -a, es en -ia)
Para diferenciar los temas en –i
de los temas en consonante tenemos que contar las sílabas del nominativo y del
genitivo. El diccionario (o vocabulario que se les dé) nos va a dar siempre el nominativo y el
genitivo de la palabra, lo cual nos sirve para saber de qué declinación es el
término buscado y además nos va a decir
si la palabra es un tema en –i o en consonante.
Si tiene el mismo número de sílabas en ambos
casos (hostis, hostis por ejemplo), estaremos ante un tema en –i. (gen plural
–ium) ex Hostis, hostis (enemigo):
Singular
|
Plural
|
|
Nominativo
|
Hostis
|
Hostes
|
Vocativo
|
Hostis
|
Hostes
|
Acusativo
|
Hostem
|
Hostes
|
Genitivo
|
Hostis
|
Hostium
|
Dativo
|
Hosti
|
Hostibus
|
Ablativo
|
Hoste
|
Hostibus
|
Por contra si estamos ante un
imparisílabo (rex, regis), entonces será un tema en consonante. (gen plural
-um) ex. Rex, regis (rey):
Singular
|
Plural
|
|
Nominativo
|
Rex
|
Reges
|
Vocativo
|
Rex
|
Reges
|
Acusativo
|
Regem
|
Reges
|
Genitivo
|
Regis
|
Regum
|
Dativo
|
Regi
|
Regibus
|
Ablativo
|
Rege
|
Regibus
|
Hay varios cambios con respecto a
tendencias de las declinaciones 1ª y 2ª:
Los plurales son en –es en el nominativo,
vocativo y acusativo; los dativos y ablativos plurales dejan de ser en –is y se
marcan mediante la desinencia –ibus.
El neutro será igual salvo que si
es parisílabo hará el nominativo, vocativo y acusativo plurales será en –ia y
en los imparisílabos en –a.
Además estos tres casos, como es
norma en el neutro, sean de la declinación que sean, tendrán también la misma
desinencia en el singular, o sea, en el caso de Mare, maris (mar), mare será
nominativo, vocativo y acusativo neutro singular.
Hay una excepción con los
ablativos en –e. Los sustantivos neutros de tema en –i, cuyo nominativo acabe
en –e (mare, maris), en –ar (exemplar, exemplaris) y –al (animal, animalis)
hacen los ablativos en –i. También esto será así en los adjetivos. Pero que
recuerden todo esto es difícil y no es estrictamente necesario, quédense con que el ablativo de la tercera es en –e,
pero a veces podemos encontrarlo en –i. Igualmente lo he explicado para quien
quiera ser correcto, pero al nivel de aprendizaje que estamos es excesivo
pretender que recuerden todo esto. Que cada uno se quede con lo que le sirva…
;)
1.- declinar: Leo, leonis. M. León.
- Mare, maris. N. Mar.
- Cor, cordis. N. Corazón.
- Senex, senis. M. Anciano.
- Vetustas, vetustatis. F. Vejez.
- Nobilitas, nobilitatis. F, nobleza.
- Flumen, fluminis. N. río.
- Hostis, hostis. M. enemigo.
- Imber, imbris. M. lluvia.
- Nox, noctis. F. noche
Mitto te navem prora puppique
carentem….
EL DÍA A DÍA DE LAS FÉMINAS ROMANAS
LAS ROMANAS SE PONÍAN ORINA, HORMIGAS O EXCREMENTOS DE COCODRILO EN LA CARA PARA ESTAR BELLAS
Juana María Huélamo, arqueóloga, detalla cómo era el día a día de las "féminas" en la época romana.
¿Cómo era ser mujer en Roma?
Desde luego mucho mejor que serlo en Grecia o en otras culturas de la antigüedad. La mayoría de las mujeres fueron educadas en la lectura y escritura, ya que ellas en muchos casos enseñaban las primeras letras a sus hijos e hijas. En líneas generales, la mujer estaba sometida al orden patriarcal, pero por estar en igualdad de condiciones ante la ley con los hombres.
¿De qué forma estaba jerarquizada la mujer en la sociedad?
Dependiendo de sus derechos, podían ser libres, libertas o esclavas. Las primeras, por lo general, pertenecían a la élite, y, cuando se casaban, se convertían en matronas, siendo su función principal la procreación. Libertas eran las antiguas esclavas que habían conseguido su liberación, bien comprándose ellas mismas o bien siendo adquiridas por otra persona. Las esclavas, por lo general, eran menospreciadas por sus dueñas o dueños, que además tenían derecho de vida y muerte sobre ellas y, en cualquier momento, podían venderlas. Sus funciones principales eran ocuparse de las tareas domésticas de la domus. Estas mujeres esclavas sufrieron la violencia ejercida contra ellas a través de su cuerpo, ya que fueron utilizadas con fines sexuales o reproductivos.
¿Eran muy coquetas?
Igual que las actuales, unas más que otras. En las clases altas ser coqueta constituía también una necesidad de status social, ya que las obligaciones del "pater familias" hacían que la "domina" tuviera que alzarse y presentarse físicamente a la altura de lo que se esperaba de una persona de su condición social. De todas formas, la discreción era una de las virtudes alabadas por una sociedad de carácter absolutamente patriarcal.
¿Qué tipo de cosméticos utilizaban?
Tenemos constancia de una gran variedad de productos a través de las fuentes clásicas y la arqueología. El ideal de belleza femenina romana incluía la piel blanca y alisada a base de mascarillas; el color rojo en labios y mejillas, sinónimo de buena salud; grandes ojos, sombreados de color negro, azul o verde y también largas pestañas y cejas, que se retocaban con pinzas. Para conseguir todos estos efectos, utilizaban un amplio catálogo de productos, muchos de los cuales hoy día nos resultan exóticos, repugnantes o, como mínimo, sorprendentes: harina de habas, orina, polvo de galena y de malaquita, cinabrio, hollín, ceniza, zurita, hormigas o moscas secas y machacadas, excrementos de cocodrilo y una larga lista de afeites que, a veces, eran nocivos para la salud como, por ejemplo, el plomo. Propercio relata que estaba muy difundida la moda de que las mujeres se marcasen las venas de las sienes en azul.
Eso en cuanto a la belleza, pero si hablamos de higiene...
Se limpiaban los dientes con palillos de lentisco y los frotaban con piedra pómez en polvo, para blanquearlos. Existían también los dientes postizos, hechos de hueso o marfil. Se bañaban en las termas, se aplicaban aceites y retiraban las impurezas de su piel con un strigilum (rascador), perfumándose después.
El peinado era algo más que pura estética...
Era lo que definitivamente marcaba el estatus social, incluso por encima de las joyas y ropas lujosas. Las manos expertas de las ornatrices realizaban complicados recogidos envueltos con redecillas y cintas, añadiendo sobrepuestos de cabello que se cosían al pelo de las señoras. Muchos de estos peinados marcaron la tendencia en todo el Imperio, siendo de esta manera las mujeres un símbolo más en el entramado del poder del emperador correspondiente. Para maquillarse y peinarse, era básico el uso de un espejo, existiendo algunos ejemplares pequeños para llevar en el bolso.
¿Tendencias en Roma? ¿Podemos hablar de moda en esta época?
Por supuesto. Teñían su cabello, evitando las canas, y, cuando Julio César regresó de sus campañas y trajo consigo rubias esclavas galas, se puso de moda entre las romanas el cabello de este color. Las más acaudaladas rociaban su cabeza con oro en polvo o se teñían con un cosmético importado de la Galia. Las clases más humildes se conformaban con agua de potasio, flores amarillas y otros mejunjes abrasivos, consiguiendo así quemar, virtualmente, sus cabellos. Muchas mujeres lucían pelucas elaboradas a base del pelo que se les cortaba a las esclavas galas y germanas.
La sociedad romana ha sido, si no la más, una de las más ociosas. ¿Tenían las mujeres acceso al ocio o les estaba limitado?
El ocio era patrimonio de las clases privilegiadas. En la infancia era compartido entre ambos sexos. Las mujeres tenían acceso al ocio, pero en muchas ocasiones en compañía de sus maridos, siendo en general más limitado que el de los varones. De todos modos, las mujeres asistían en una posición secundaria con respecto a los varones.
¿Y las de clases sociales superiores?
A ellas se las podía ver fuera de sus casas, realizando compras, de visita a otras mujeres, o acompañando a sus maridos a fiestas y banquetes. Es sabido que las romanas, independientemente de su clase social, podían participar en celebraciones religiosas, ejerciendo función de sacerdotisas o devotas de diferentes cultos. Paradójicamente, este papel les dio visibilidad al permitirles cierta participación en la vida pública.
¿Qué aportaron las mujeres a Roma y, en definitiva, a nuestra historia y los derechos de los que hoy en día disfrutan las mujeres?
El carácter romano se basaba en el sentido del deber a Roma, y ellas cumplieron, como los varones, con ese deber en todas aquellas funciones en las que les fue posible ejercer su trabajo: desde las tareas domésticas al trabajo productivo, las artes y a la lucha por su propia liberación personal. Aunque lo tuvieron difícil, fueron consiguiendo cotas de libertad personal como nunca antes se había visto en el Viejo Continente, perdidas en parte en los siglos siguientes a la desaparición de Roma, y que se ha tardado muchas centurias en volver a recuperar. Las emperatrices tuvieron algún papel decisivo, como madres, esposas e hijas de emperadores que eran, llegaron a asumir el papel de mediadoras para alcanzar consensos e influencia en los emperadores.
En Roma, ¿también se cumplía eso de que "detrás de un buen hombre había una gran mujer"?
En algunos casos sí. La mujer tenía una gran importancia en el ámbito doméstico, por lo que debía ser determinante su actuación en él. Podemos imaginar que también fue así en el caso de las mujeres de mayor rango social, las emperatrices por ejemplo. Pensemos en Livia, la mujer de Augusto, quien representó para el pueblo romano un modelo a seguir. Aun no pudiendo desempeñar cargos políticos, algunas mujeres aparecieron de forma cada vez más importante y significativa en monedas, estatuas e inscripciones donde se las representaba con títulos y honores diversos, especialmente a partir de la dinastía Antonina. También se les dedicaron algunos cultos. De cualquier modo, su posición debía estar al margen de cualquier amenaza al poder masculino.
¿Tenemos testimonios de mujeres que se revelasen ante su situación de sometimiento?
Hubo mujeres que pasaron a la historia como verdaderas luchadoras en el campo jurídico, aunque esta capacidad muy pronto les fue vetada, así fue el caso de Caya Afrania, coetánea de Cicerón, quien consiguió molestar tanto al pretor, con sus encendidos alegatos, calificados de irrespetuosos y temerarios, que un edicto prohibió el ejercicio de la profesión de abogacía a las mujeres.
Otro caso realmente destacable fue el de Hortensia, defensora de las matronas en el año 42 a. de C. ante un gravamen que fue impuesto a mil cuatrocientas mujeres, las más ricas de Roma, para sufragar los gastos de la guerra civil. Hortensia habló en nombre de todas en el foro romano. Hortensia fue mucho más allá y en su discurso se refirió al tema de los derechos de la mujer de un modo como nadie lo había hecho antes en Roma.
Tiremos de imaginación... Si trajésemos a una mujer romana a nuestro mundo actual, ¿qué pensaría?
Se percataría de que la sociedad ha avanzado enormemente desde el punto de vista de las mejoras tecnológicas y la energía, pero en otros aspectos, tal vez se encontraría como "en casa", comprobando lo mucho que nos queda de su propia cultura: estructura social, urbanismo y territorio, ingeniería y obra pública, ... y tal vez sonreiría satisfecha observando que la mujer ha obtenido las libertades políticas que en su época no le fueron posibles, así como otra serie de mejoras en la condición femenina que en su tiempo no habría conseguido alcanzar. No obstante, seguro que no tiraría la toalla y se empeñaría en continuar buscando nuevos logros y libertades, pues, desgraciadamente, aún queda mucho por hacer.
¿Qué es lo que más destacaría de la mujer en Roma?
Su capacidad para sobrevivir dignamente en un mundo dominado por los hombres. Lamentablemente las mujeres romanas no tuvieron demasiada capacidad para expresarse. Sus palabras, por lo general, nos han llegado a través de sus "intérpretes" masculinos y desde la razón patriarcal.
Si pudiera viajar durante un día a Roma y ser una de ellas, ¿qué haría y qué evitaría?
Ser patricia no debía estar mal, pero si no pudiera escoger tanto, y aunque parezca sorprendente, no me importaría ser esclava doméstica de una buena familia, que me asegurase una comida decente. Me gustaría trabajar con el paedagogus de la familia y tampoco me desagradaría colaborar en la cocina. Y, desde luego, evitaría trabajos degradantes, aunque fuese una persona de condición libre.
¿Cómo era ser mujer en Roma?
Desde luego mucho mejor que serlo en Grecia o en otras culturas de la antigüedad. La mayoría de las mujeres fueron educadas en la lectura y escritura, ya que ellas en muchos casos enseñaban las primeras letras a sus hijos e hijas. En líneas generales, la mujer estaba sometida al orden patriarcal, pero por estar en igualdad de condiciones ante la ley con los hombres.
¿De qué forma estaba jerarquizada la mujer en la sociedad?
Dependiendo de sus derechos, podían ser libres, libertas o esclavas. Las primeras, por lo general, pertenecían a la élite, y, cuando se casaban, se convertían en matronas, siendo su función principal la procreación. Libertas eran las antiguas esclavas que habían conseguido su liberación, bien comprándose ellas mismas o bien siendo adquiridas por otra persona. Las esclavas, por lo general, eran menospreciadas por sus dueñas o dueños, que además tenían derecho de vida y muerte sobre ellas y, en cualquier momento, podían venderlas. Sus funciones principales eran ocuparse de las tareas domésticas de la domus. Estas mujeres esclavas sufrieron la violencia ejercida contra ellas a través de su cuerpo, ya que fueron utilizadas con fines sexuales o reproductivos.
¿Eran muy coquetas?
Igual que las actuales, unas más que otras. En las clases altas ser coqueta constituía también una necesidad de status social, ya que las obligaciones del "pater familias" hacían que la "domina" tuviera que alzarse y presentarse físicamente a la altura de lo que se esperaba de una persona de su condición social. De todas formas, la discreción era una de las virtudes alabadas por una sociedad de carácter absolutamente patriarcal.
¿Qué tipo de cosméticos utilizaban?
Tenemos constancia de una gran variedad de productos a través de las fuentes clásicas y la arqueología. El ideal de belleza femenina romana incluía la piel blanca y alisada a base de mascarillas; el color rojo en labios y mejillas, sinónimo de buena salud; grandes ojos, sombreados de color negro, azul o verde y también largas pestañas y cejas, que se retocaban con pinzas. Para conseguir todos estos efectos, utilizaban un amplio catálogo de productos, muchos de los cuales hoy día nos resultan exóticos, repugnantes o, como mínimo, sorprendentes: harina de habas, orina, polvo de galena y de malaquita, cinabrio, hollín, ceniza, zurita, hormigas o moscas secas y machacadas, excrementos de cocodrilo y una larga lista de afeites que, a veces, eran nocivos para la salud como, por ejemplo, el plomo. Propercio relata que estaba muy difundida la moda de que las mujeres se marcasen las venas de las sienes en azul.
Eso en cuanto a la belleza, pero si hablamos de higiene...
Se limpiaban los dientes con palillos de lentisco y los frotaban con piedra pómez en polvo, para blanquearlos. Existían también los dientes postizos, hechos de hueso o marfil. Se bañaban en las termas, se aplicaban aceites y retiraban las impurezas de su piel con un strigilum (rascador), perfumándose después.
El peinado era algo más que pura estética...
Era lo que definitivamente marcaba el estatus social, incluso por encima de las joyas y ropas lujosas. Las manos expertas de las ornatrices realizaban complicados recogidos envueltos con redecillas y cintas, añadiendo sobrepuestos de cabello que se cosían al pelo de las señoras. Muchos de estos peinados marcaron la tendencia en todo el Imperio, siendo de esta manera las mujeres un símbolo más en el entramado del poder del emperador correspondiente. Para maquillarse y peinarse, era básico el uso de un espejo, existiendo algunos ejemplares pequeños para llevar en el bolso.
¿Tendencias en Roma? ¿Podemos hablar de moda en esta época?
Por supuesto. Teñían su cabello, evitando las canas, y, cuando Julio César regresó de sus campañas y trajo consigo rubias esclavas galas, se puso de moda entre las romanas el cabello de este color. Las más acaudaladas rociaban su cabeza con oro en polvo o se teñían con un cosmético importado de la Galia. Las clases más humildes se conformaban con agua de potasio, flores amarillas y otros mejunjes abrasivos, consiguiendo así quemar, virtualmente, sus cabellos. Muchas mujeres lucían pelucas elaboradas a base del pelo que se les cortaba a las esclavas galas y germanas.
La sociedad romana ha sido, si no la más, una de las más ociosas. ¿Tenían las mujeres acceso al ocio o les estaba limitado?
El ocio era patrimonio de las clases privilegiadas. En la infancia era compartido entre ambos sexos. Las mujeres tenían acceso al ocio, pero en muchas ocasiones en compañía de sus maridos, siendo en general más limitado que el de los varones. De todos modos, las mujeres asistían en una posición secundaria con respecto a los varones.
¿Y las de clases sociales superiores?
A ellas se las podía ver fuera de sus casas, realizando compras, de visita a otras mujeres, o acompañando a sus maridos a fiestas y banquetes. Es sabido que las romanas, independientemente de su clase social, podían participar en celebraciones religiosas, ejerciendo función de sacerdotisas o devotas de diferentes cultos. Paradójicamente, este papel les dio visibilidad al permitirles cierta participación en la vida pública.
¿Qué aportaron las mujeres a Roma y, en definitiva, a nuestra historia y los derechos de los que hoy en día disfrutan las mujeres?
El carácter romano se basaba en el sentido del deber a Roma, y ellas cumplieron, como los varones, con ese deber en todas aquellas funciones en las que les fue posible ejercer su trabajo: desde las tareas domésticas al trabajo productivo, las artes y a la lucha por su propia liberación personal. Aunque lo tuvieron difícil, fueron consiguiendo cotas de libertad personal como nunca antes se había visto en el Viejo Continente, perdidas en parte en los siglos siguientes a la desaparición de Roma, y que se ha tardado muchas centurias en volver a recuperar. Las emperatrices tuvieron algún papel decisivo, como madres, esposas e hijas de emperadores que eran, llegaron a asumir el papel de mediadoras para alcanzar consensos e influencia en los emperadores.
En Roma, ¿también se cumplía eso de que "detrás de un buen hombre había una gran mujer"?
En algunos casos sí. La mujer tenía una gran importancia en el ámbito doméstico, por lo que debía ser determinante su actuación en él. Podemos imaginar que también fue así en el caso de las mujeres de mayor rango social, las emperatrices por ejemplo. Pensemos en Livia, la mujer de Augusto, quien representó para el pueblo romano un modelo a seguir. Aun no pudiendo desempeñar cargos políticos, algunas mujeres aparecieron de forma cada vez más importante y significativa en monedas, estatuas e inscripciones donde se las representaba con títulos y honores diversos, especialmente a partir de la dinastía Antonina. También se les dedicaron algunos cultos. De cualquier modo, su posición debía estar al margen de cualquier amenaza al poder masculino.
¿Tenemos testimonios de mujeres que se revelasen ante su situación de sometimiento?
Hubo mujeres que pasaron a la historia como verdaderas luchadoras en el campo jurídico, aunque esta capacidad muy pronto les fue vetada, así fue el caso de Caya Afrania, coetánea de Cicerón, quien consiguió molestar tanto al pretor, con sus encendidos alegatos, calificados de irrespetuosos y temerarios, que un edicto prohibió el ejercicio de la profesión de abogacía a las mujeres.
Otro caso realmente destacable fue el de Hortensia, defensora de las matronas en el año 42 a. de C. ante un gravamen que fue impuesto a mil cuatrocientas mujeres, las más ricas de Roma, para sufragar los gastos de la guerra civil. Hortensia habló en nombre de todas en el foro romano. Hortensia fue mucho más allá y en su discurso se refirió al tema de los derechos de la mujer de un modo como nadie lo había hecho antes en Roma.
Tiremos de imaginación... Si trajésemos a una mujer romana a nuestro mundo actual, ¿qué pensaría?
Se percataría de que la sociedad ha avanzado enormemente desde el punto de vista de las mejoras tecnológicas y la energía, pero en otros aspectos, tal vez se encontraría como "en casa", comprobando lo mucho que nos queda de su propia cultura: estructura social, urbanismo y territorio, ingeniería y obra pública, ... y tal vez sonreiría satisfecha observando que la mujer ha obtenido las libertades políticas que en su época no le fueron posibles, así como otra serie de mejoras en la condición femenina que en su tiempo no habría conseguido alcanzar. No obstante, seguro que no tiraría la toalla y se empeñaría en continuar buscando nuevos logros y libertades, pues, desgraciadamente, aún queda mucho por hacer.
¿Qué es lo que más destacaría de la mujer en Roma?
Su capacidad para sobrevivir dignamente en un mundo dominado por los hombres. Lamentablemente las mujeres romanas no tuvieron demasiada capacidad para expresarse. Sus palabras, por lo general, nos han llegado a través de sus "intérpretes" masculinos y desde la razón patriarcal.
Si pudiera viajar durante un día a Roma y ser una de ellas, ¿qué haría y qué evitaría?
Ser patricia no debía estar mal, pero si no pudiera escoger tanto, y aunque parezca sorprendente, no me importaría ser esclava doméstica de una buena familia, que me asegurase una comida decente. Me gustaría trabajar con el paedagogus de la familia y tampoco me desagradaría colaborar en la cocina. Y, desde luego, evitaría trabajos degradantes, aunque fuese una persona de condición libre.
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