sábado, 15 de febrero de 2014

PANGE LINGUA

Latín
Castellano
 
Pange, lingua, gloriosi
Córporis mystérium
Sanguinísque pretiósi,
Quem in mundi prétium
Fructus ventris generósi
Rex effúdit géntium.
Nobis datus, nobis natus
Ex intácta Vírgine,
Et in mundo conversátus,
Sparso verbi sémine,
Sui moras incolátus
Miro clausit órdine.
In supremæ nocte coenæ
Recumbens cum frátribus,
Observata lege plene
Cibis in legálibus,
Cibum turbæ duodenæ
Se dat súis mánibus.
Verbum caro, panem verum
Verbo carnem éfficit,
Fitque Sanguis Christi merum,
Et, si sensus déficit,
Ad firmandum cor sincerum
Sola fides súfficit.
Tantum ergo Sacraméntum,
Venerémur cérnui:
Et antíquum documentum
Novo cedat rítui;
Præstet fides suppleméntum
Sénsuum deféctui.
Genitori Genitóque,
Laus et iubilátio;
Salus, honor, virtus quoque,
Sit et benedíctio;
Procedénti ab utróque
Compar sit laudátio.
Amen.
Canta, oh lengua,
el misterio del cuerpo glorioso
y de la Sangre preciosa
que el Rey de las naciones
Fruto de un vientre generoso
derramó en rescate del mundo.
Nos fue dado,
nos nació de una Virgen sin mancha;
y después de pasar su vida en el mundo,
una vez propagada la semilla de su palabra,
Terminó el tiempo de su destierro
Dando una admirable disposición.
En la noche de la Última Cena,
Sentado a la mesa con sus hermanos,
Después de observar plenamente
La ley sobre la comida legal,
se da con sus propias manos
Como alimento para los doce.
El Verbo encarnado, pan verdadero,
lo convierte con su palabra en su carne,
y el vino puro se convierte en la sangre de Cristo.
Y aunque fallan los sentidos,
Solo la fe es suficiente
para fortalecer el corazón en la verdad.
Veneremos, pues,
Postrados tan grande Sacramento;
y la antigua imagen ceda el lugar
al nuevo rito;
la fe reemplace
La incapacidad de los sentidos.
Al Padre y al Hijo
sean dadas alabanza y gloria,
Fortaleza, honor,
poder y bendición;
una gloria igual sea dada a
aquel que de uno y de otro procede.
Amén.
 

PANGE LINGUA. Mocedades


Pange Lingua es un himno eucarístico escrito por santo Tomás de Aquino (1225-1274) para la festividad de Corpus Christi (Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo). Este himno también es cantado el día del Jueves Santo, durante la procesión desde el altar hasta el monumento donde la reserva queda custodiada hasta el día siguiente, (Viernes Santo); también es el habitual en todas las procesiones eucarísticas. Las dos últimas estrofas de este himno, el Tantum Ergo, son cantadas como antífona antes de la bendición solemne con el Santísimo, efectuada al finalizar las adoraciones eucarísticas.

Este himno expresa de manera concreta la doctrina de la Transubstanciación, en la cual, de acuerdo al pensamiento católico, el pan y el vino, se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

BESTIAE MITHOLOGICAE

BESTIAE MYTHOLOGICAE

Oedipus Rex


ROMAN BANQUET


3º DECLINACIÓN


En la tercera declinación encontramos sustantivos de tres géneros: masculinos, femeninos y neutros. Pero además, en esta declinación tenemos una complicación añadida:

Temas en –i y temas en consonante. (parisílabos e imparisílabos)

Los temas en –i se denominan así porque hacen el genitivo plural en –ium y el nominativo, vocativo y acusativo plural en –ia (cuando son neutros, en lugar de hacerlo en -a, es en -ia)

Para diferenciar los temas en –i de los temas en consonante tenemos que contar las sílabas del nominativo y del genitivo. El diccionario (o vocabulario que se les dé)  nos va a dar siempre el nominativo y el genitivo de la palabra, lo cual nos sirve para saber de qué declinación es el término buscado y  además nos va a decir si la palabra es un tema en –i o en consonante.

 Si tiene el mismo número de sílabas en ambos casos (hostis, hostis por ejemplo), estaremos ante un tema en –i. (gen plural –ium)    ex   Hostis, hostis (enemigo):

Singular
Plural
Nominativo
Hostis
Hostes
Vocativo
Hostis
Hostes
Acusativo
Hostem
Hostes
Genitivo
Hostis
Hostium
Dativo
Hosti
Hostibus
Ablativo
Hoste
Hostibus

 

Por contra si estamos ante un imparisílabo (rex, regis), entonces será un tema en consonante. (gen plural -um)    ex. Rex, regis (rey):

Singular
Plural
Nominativo
Rex
Reges
Vocativo
Rex
Reges
Acusativo
Regem
Reges
Genitivo
Regis
Regum
Dativo
Regi
Regibus
Ablativo
Rege
Regibus

 

Hay varios cambios con respecto a tendencias de las declinaciones 1ª y 2ª:

 Los plurales son en –es en el nominativo, vocativo y acusativo; los dativos y ablativos plurales dejan de ser en –is y se marcan mediante la desinencia –ibus.

El neutro será igual salvo que si es parisílabo hará el nominativo, vocativo y acusativo plurales será en –ia y en los imparisílabos en –a.

Además estos tres casos, como es norma en el neutro, sean de la declinación que sean, tendrán también la misma desinencia en el singular, o sea, en el caso de Mare, maris (mar), mare será nominativo, vocativo y acusativo neutro singular.

Hay una excepción con los ablativos en –e. Los sustantivos neutros de tema en –i, cuyo nominativo acabe en –e (mare, maris), en –ar (exemplar, exemplaris) y –al (animal, animalis) hacen los ablativos en –i. También esto será así en los adjetivos. Pero que recuerden todo esto es difícil y no es estrictamente necesario, quédense  con que el ablativo de la tercera es en –e, pero a veces podemos encontrarlo en –i. Igualmente lo he explicado para quien quiera ser correcto, pero al nivel de aprendizaje que estamos es excesivo pretender que recuerden todo esto. Que cada uno se quede con lo que le sirva… ;)

 

1.- declinar: Leo, leonis. M. León.

- Mare, maris. N. Mar.

- Cor, cordis. N. Corazón.

- Senex, senis. M. Anciano.

- Vetustas, vetustatis. F. Vejez.

 - Nobilitas, nobilitatis. F, nobleza.

- Flumen, fluminis. N. río.

- Hostis, hostis. M. enemigo.

- Imber, imbris. M. lluvia.

- Nox, noctis. F. noche

 

 

Mitto te navem prora puppique carentem….

EL DÍA A DÍA DE LAS FÉMINAS ROMANAS

LAS ROMANAS SE PONÍAN ORINA, HORMIGAS O EXCREMENTOS DE COCODRILO EN LA CARA PARA ESTAR BELLAS

Juana María Huélamo, arqueóloga, detalla cómo era el día a día de las "féminas" en la época romana. 


¿Cómo era ser mujer en Roma?

Desde luego mucho mejor que serlo en Grecia o en otras culturas de la antigüedad. La mayoría de las mujeres fueron educadas en la lectura y escritura, ya que ellas en muchos casos enseñaban las primeras letras a sus hijos e hijas. En líneas generales, la mujer estaba sometida al orden patriarcal, pero por estar en igualdad de condiciones ante la ley con los hombres.

¿De qué forma estaba jerarquizada la mujer en la sociedad?

Dependiendo de sus derechos, podían ser libres, libertas o esclavas. Las primeras, por lo general, pertenecían a la élite, y, cuando se casaban, se convertían en matronas, siendo su función principal la procreación. Libertas eran las antiguas esclavas que habían conseguido su liberación, bien comprándose ellas mismas o bien siendo adquiridas por otra persona. Las esclavas, por lo general, eran menospreciadas por sus dueñas o dueños, que además tenían derecho de vida y muerte sobre ellas y, en cualquier momento, podían venderlas. Sus funciones principales eran ocuparse de las tareas domésticas de la domus. Estas mujeres esclavas sufrieron la violencia ejercida contra ellas a través de su cuerpo, ya que fueron utilizadas con fines sexuales o reproductivos.

¿Eran muy coquetas?

Igual que las actuales, unas más que otras. En las clases altas ser coqueta constituía también una necesidad de status social, ya que las obligaciones del "pater familias" hacían que la "domina" tuviera que alzarse y presentarse físicamente a la altura de lo que se esperaba de una persona de su condición social. De todas formas, la discreción era una de las virtudes alabadas por una sociedad de carácter absolutamente patriarcal.

¿Qué tipo de cosméticos utilizaban?

Tenemos constancia de una gran variedad de productos a través de las fuentes clásicas y la arqueología. El ideal de belleza femenina romana incluía la piel blanca y alisada a base de mascarillas; el color rojo en labios y mejillas, sinónimo de buena salud; grandes ojos, sombreados de color negro, azul o verde y también largas pestañas y cejas, que se retocaban con pinzas. Para conseguir todos estos efectos, utilizaban un amplio catálogo de productos, muchos de los cuales hoy día nos resultan exóticos, repugnantes o, como mínimo, sorprendentes: harina de habas, orina, polvo de galena y de malaquita, cinabrio, hollín, ceniza, zurita, hormigas o moscas secas y machacadas, excrementos de cocodrilo y una larga lista de afeites que, a veces, eran nocivos para la salud como, por ejemplo, el plomo. Propercio relata que estaba muy difundida la moda de que las mujeres se marcasen las venas de las sienes en azul.

Eso en cuanto a la belleza, pero si hablamos de higiene...

Se limpiaban los dientes con palillos de lentisco y los frotaban con piedra pómez en polvo, para blanquearlos. Existían también los dientes postizos, hechos de hueso o marfil. Se bañaban en las termas, se aplicaban aceites y retiraban las impurezas de su piel con un strigilum (rascador), perfumándose después.

Annia Galería Faustina  o  Faustina Menor, esposa de Marco Aurelio - 125  o 130 - 175 d.C. (3) Dama romana s. II d.C, Iulia Aurelia Cota, madre de Julio César -  a. 120-54 a. C. Iulia Vipsania Agripina, Agripinila o Agripina Minor -  a.  15 d.C.-59 d (4) Poppea Sabina, esposa de Nerón - s. 30 - 65 d.C (4) Poppea Sabina, esposa de Nerón - s. 30 - 65 d.C (4) Salonina Matidia. sobrina de Trajano -  a. fl. 119 d.C (2) Salustia Orbiana,  esposa de  Alejandro Severo -a. fl. 220 d.C. Vibia Matidia, sobrina-nieta de Trajano - a.  85-161 d.C. Vibia  Sabina, esposa de  Adriano  - a.  86-136 ó 137 d.C. (2)

El peinado era algo más que pura estética...

Era lo que definitivamente marcaba el estatus social, incluso por encima de las joyas y ropas lujosas. Las manos expertas de las ornatrices realizaban complicados recogidos envueltos con redecillas y cintas, añadiendo sobrepuestos de cabello que se cosían al pelo de las señoras. Muchos de estos peinados marcaron la tendencia en todo el Imperio, siendo de esta manera las mujeres un símbolo más en el entramado del poder del emperador correspondiente. Para maquillarse y peinarse, era básico el uso de un espejo, existiendo algunos ejemplares pequeños para llevar en el bolso.

¿Tendencias en Roma? ¿Podemos hablar de moda en esta época?

Por supuesto. Teñían su cabello, evitando las canas, y, cuando Julio César regresó de sus campañas y trajo consigo rubias esclavas galas, se puso de moda entre las romanas el cabello de este color. Las más acaudaladas rociaban su cabeza con oro en polvo o se teñían con un cosmético importado de la Galia. Las clases más humildes se conformaban con agua de potasio, flores amarillas y otros mejunjes abrasivos, consiguiendo así quemar, virtualmente, sus cabellos. Muchas mujeres lucían pelucas elaboradas a base del pelo que se les cortaba a las esclavas galas y germanas.

La sociedad romana ha sido, si no la más, una de las más ociosas. ¿Tenían las mujeres acceso al ocio o les estaba limitado? 

El ocio era patrimonio de las clases privilegiadas. En la infancia era compartido entre ambos sexos. Las mujeres tenían acceso al ocio, pero en muchas ocasiones en compañía de sus maridos, siendo en general más limitado que el de los varones. De todos modos, las mujeres asistían en una posición secundaria con respecto a los varones.

¿Y las de clases sociales superiores?

A ellas se las podía ver fuera de sus casas, realizando compras, de visita a otras mujeres, o acompañando a sus maridos a fiestas y banquetes. Es sabido que las romanas, independientemente de su clase social, podían participar en celebraciones religiosas, ejerciendo función de sacerdotisas o devotas de diferentes cultos. Paradójicamente, este papel les dio visibilidad al permitirles cierta participación en la vida pública.

¿Qué aportaron las mujeres a Roma y, en definitiva, a nuestra historia y los derechos de los que hoy en día disfrutan las mujeres?

El carácter romano se basaba en el sentido del deber a Roma, y ellas cumplieron, como los varones, con ese deber en todas aquellas funciones en las que les fue posible ejercer su trabajo: desde las tareas domésticas al trabajo productivo, las artes y a la lucha por su propia liberación personal. Aunque lo tuvieron difícil, fueron consiguiendo cotas de libertad personal como nunca antes se había visto en el Viejo Continente, perdidas en parte en los siglos siguientes a la desaparición de Roma, y que se ha tardado muchas centurias en volver a recuperar. Las emperatrices tuvieron algún papel decisivo, como madres, esposas e hijas de emperadores que eran, llegaron a asumir el papel de mediadoras para alcanzar consensos e influencia en los emperadores.


En Roma, ¿también se cumplía eso de que "detrás de un buen hombre había una gran mujer"? 

En algunos casos sí. La mujer tenía una gran importancia en el ámbito doméstico, por lo que debía ser determinante su actuación en él. Podemos imaginar que también fue así en el caso de las mujeres de mayor rango social, las emperatrices por ejemplo. Pensemos en Livia, la mujer de Augusto, quien representó para el pueblo romano un modelo a seguir. Aun no pudiendo desempeñar cargos políticos, algunas mujeres aparecieron de forma cada vez más importante y significativa en monedas, estatuas e inscripciones donde se las representaba con títulos y honores diversos, especialmente a partir de la dinastía Antonina. También se les dedicaron algunos cultos. De cualquier modo, su posición debía estar al margen de cualquier amenaza al poder masculino.

¿Tenemos testimonios de mujeres que se revelasen ante su situación de sometimiento? 

Hubo mujeres que pasaron a la historia como verdaderas luchadoras en el campo jurídico, aunque esta capacidad muy pronto les fue vetada, así fue el caso de Caya Afrania, coetánea de Cicerón, quien consiguió molestar tanto al pretor, con sus encendidos alegatos, calificados de irrespetuosos y temerarios, que un edicto prohibió el ejercicio de la profesión de abogacía a las mujeres.

Otro caso realmente destacable fue el de Hortensia, defensora de las matronas en el año 42 a. de C. ante un gravamen que fue impuesto a mil cuatrocientas mujeres, las más ricas de Roma, para sufragar los gastos de la guerra civil. Hortensia habló en nombre de todas en el foro romano. Hortensia fue mucho más allá y en su discurso se refirió al tema de los derechos de la mujer de un modo como nadie lo había hecho antes en Roma.

Tiremos de imaginación... Si trajésemos a una mujer romana a nuestro mundo actual, ¿qué pensaría? 

Se percataría de que la sociedad ha avanzado enormemente desde el punto de vista de las mejoras tecnológicas y la energía, pero en otros aspectos, tal vez se encontraría como "en casa", comprobando lo mucho que nos queda de su propia cultura: estructura social, urbanismo y territorio, ingeniería y obra pública, ... y tal vez sonreiría satisfecha observando que la mujer ha obtenido las libertades políticas que en su época no le fueron posibles, así como otra serie de mejoras en la condición femenina que en su tiempo no habría conseguido alcanzar. No obstante, seguro que no tiraría la toalla y se empeñaría en continuar buscando nuevos logros y libertades, pues, desgraciadamente, aún queda mucho por hacer.

¿Qué es lo que más destacaría de la mujer en Roma? 

Su capacidad para sobrevivir dignamente en un mundo dominado por los hombres. Lamentablemente las mujeres romanas no tuvieron demasiada capacidad para expresarse. Sus palabras, por lo general, nos han llegado a través de sus "intérpretes" masculinos y desde la razón patriarcal.

Si pudiera viajar durante un día a Roma y ser una de ellas, ¿qué haría y qué evitaría? 

Ser patricia no debía estar mal, pero si no pudiera escoger tanto, y aunque parezca sorprendente, no me importaría ser esclava doméstica de una buena familia, que me asegurase una comida decente. Me gustaría trabajar con el paedagogus de la familia y tampoco me desagradaría colaborar en la cocina. Y, desde luego, evitaría trabajos degradantes, aunque fuese una persona de condición libre.


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